En un día tan especial que menos que unas mega galletas relindas, deliciosas y con ingredientes muy románticos.
En mi familia tenemos una receta de galletas linzer que ha pasado de generación en generación, creo que ya he comentado alguna vez que tengo familia alemana, aunque esta que hoy os propongo no lo es, ya que quería hacerla mas suave y con un toque alimonado para que combinara mejor con la mermelada de rosa mosqueta y el azúcar de fresas, por ello la he adaptado bastante a estos sabores, otro día os daré la receta familiar que tiene un sabor Ummm!!!, sin palabras.
Para hacerlas he hecho servir un molde redondo de 12 cm de diámetro, ya os he dicho que eran mega galletas, ya que el molde de la torre Eiffel que tengo hace 7 cm de largo, pero podéis utilizar el tamaño que mas os guste. Pero la verdad es que , aunque son grandes han quedado preciosas, las fotos no les hacen justicia.
Para hacerlas he hecho servir un molde redondo de 12 cm de diámetro, ya os he dicho que eran mega galletas, ya que el molde de la torre Eiffel que tengo hace 7 cm de largo, pero podéis utilizar el tamaño que mas os guste. Pero la verdad es que , aunque son grandes han quedado preciosas, las fotos no les hacen justicia.
Ingredientes
- 350 gr de harina tamizada
- 1 cucharada de harina de maíz refinada
- la ralladura de la piel de un limón
- ½ cucharadita de zumo de limón
- 50 gr de almendra molida
- 200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 gr. de azúcar
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 2 yemas
Decoración y relleno
- mermelada de rosa mosqueta ( o la que mas os guste)
- azúcar de fresas
Elaboración
Primero realizaremos el azúcar de fresas, para ello colocaremos en un molinillo de café, 50 gr de azúcar y 2 ½ cucharadas de fresas liofilizadas, y trituramos hasta que quede muy fina. Después la colamos para evitar los trocitos que hayan podido quedar.
Para elaborar las galletas, colocamos en un bol la harina tamizada, la almendra molida y la harina de maíz, mezclamos y reservamos.
En otro bol mezclamos la mantequilla, con el azúcar, hasta obtener una crema, luego vamos añadiendo las yemas una a una, integrándolas a la mezcla en cada adición. Luego incorporamos la ralladura de limón, el extracto de vainilla y el zumo de limón, y lo unimos todo.
Vertemos esta mezcla en el bol de los ingredientes secos y comenzamos a unir los ingredientes suavemente sin batir, como si le realizáramos un masaje, no amasamos como si fuera pan o masa de pizza, primero nos tiene que quedar una masa grumosa, pero poco a poco se irán incorporando todos los ingredientes hasta formar una masa lisa, suave y homogénea.
La envolvemos en papel film de cocina y la dejamos reposar 1 hora en la nevera.
Transcurrido este tiempo vamos cortando porciones de masa, y la estiramos aproximadamente unos 3mm de grosor. Con el cortador de galletas redondo recortamos la forma principal, y las vamos pasando a una bandeja en la que habremos puesto papel de hornear. Una vez encima de la bandeja podemos marcar la figura central, de esta forma no se nos deformará al trasladarla.
A continuación, las horneamos en horno precalentado a 180ºC, calor arriba y abajo, entre 7-8 minutos aproximadamente, pero como digo siempre cada horno es un mundo, así que lo mejor es hacer una prueba con un poco de masa.
Una vez las retiramos del horno, no las sacaremos de la bandeja hasta que no estén casi frías ( ya que son muy quebradizas), después si que las podemos pasar a una rejilla para que terminen de enfriarse.
Por último, untamos en la base de galleta lisa una capa de mermelada de rosa mosqueta (o del sabor que mas os guste), y espolvoreamos el azúcar de fresa por encima de la galleta donde hemos recortado la forma elegida. Y finalmente las unimos.
Estas galletas deben reposar al menos una noche para que estén mas buenas, para poner un ejemplo, mi tía y sus nueras empiezan a hacerlas una semana antes de navidad y las guardan en recipientes herméticos, hasta su uso.
Que tengáis un feliz San Valentín!!!!
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